domingo, 23 de junio de 2013

Docencia y didáctica


El perfil del docente de Formación Cívica y Ética: la formulación de estándares para la formación y evaluación de sus competencias.

Los docentes son los actores principales de la aplicación de las reformas curriculares, las cuales, como señala Perrenoud (2001), fracasan cuando sólo se exponen bellas ideas pero no se establecen los medios pertinentes para aplicarlas, cuando no se construyen las condiciones necesarias para aplicar el currículo prescrito. La formación y actualización de docentes, junto con la elaboración de materiales didácticos y de divulgación, son recursos fundamentales para que el profesorado y personal directivo comprendan el contenido de la reforma y desarrollen las competencias profesionales necesarias para aplicarla.

Cuando se habla de formación docente se alude a tres aspectos: los perfiles profesionales de los docentes en su formación inicial; los ejes de la actualización del docente en la práctica y el modelo bajo el cual se gestiona la misma, expresado en los procesos formativos que se despliegan, y los agentes que en ella intervienen.

Los perfiles docentes y los estándares para la formación docente

La naturaleza de la FCyE precisa que los docentes sean sujetos autónomos, con capacidad crítica y con competencias para desarrollar en el alumnado el juicio moral y el pensamiento crítico; para fortalecer en ellos los factores de protección de riegos, la identidad, la autoestima y la asertividad; para formar ciudadanos conscientes de sus derechos, participativos respetuosos de la ley, de la diversidad y de la dignidad humana.

Algunos criterios según Colombia  establece un perfil y estándares para la formación y el desempeño docente  que son:

Sobre los derechos fundamentales
Sobre los mecanismos de participación en un sistema democrático
Sobre el uso de los mecanismos de participación democrática
Toma de perspectiva
Interpretación de intenciones
Generación de opciones
Consideración de consecuencias
Metacognición
Pensamiento crítico
Identificación y manejo de las propias emociones
Empatía
Identificación de las emociones de los demás
Escucha activa
Asertividad
En México, en la educación media superior se ha definido un perfil para el docente a partir del perfil del egresado de bachillerato, pues se plantea la necesidad de congruencia aunque se reconoce que los perfiles de unos y de otros no deben ser simétricos



En educación básica aún no existen estándares para la FCyE que orienten la formación inicial y la actualización de los docentes, pero existe un perfil profesional implícito en la literatura especializada, en el enfoque de competencias, en el PIFCyE, en el programa de la asignatura de Formación Cívica y Ética para educación secundaria, en el Examen Nacional de Conocimientos y Habilidades docentes para Formación Cívica y Ética, en los cursos de actualización  de docentes en servicio y en el libro para el docente.

El Examen Nacional de Conocimientos y Habilidades Docentes para Formación

Cívica y Ética destaca ciertos rasgos del perfil del docente de esta asignatura, principalmente el referido al conocimiento del programa, de su enfoque y de los ejes temáticos:

Dominio de contenidos curriculares: Se refiere a los principios y orientaciones que promueven en el adolescente el desarrollo personal y social para que se reconozca como persona libre y responsable de sus acciones, y a su vez, participe en el mejoramiento de la sociedad de la que forma parte.
Competencias didácticas: Se refiere a las competencias para generar y poner en práctica formas de enseñanza que estimulen el desarrollo de habilidades y actitudes que permitan a los adolescentes construir aprendizajes superiores.
Habilidades intelectuales específicas: Se refiere al desarrollo de procedimientos formativos como el diálogo, la toma de decisiones y la solución de problemas mediante experiencias de aprendizaje que permitan al alumno asumir una postura ética en torno a situaciones personales y sociales.
Normatividad, gestión y ética docente: Se refiere a los principios éticos que el docente incorpora en función de las bases filosóficas, legales y organizativas del sistema educativo mexicano para ofrecer una educación de calidad.

Capacidad de organizar una experiencia educativa problematizadora y crítica


La FCyE implica educar en un contexto de contradicciones: educar para la democracia en un contexto autoritario, formar en valores en situaciones de crisis, educar para la paz en medio de la cultura de la violencia. Esto implica vincular la experiencia educativa con el contexto y con situaciones socialmente relevantes, así como promover un saber hacer sustentado en sólidos conocimientos teóricos y orientado por normas, valores y actitudes definidas autónomamente y traducidas en acciones y aplicar las estrategias didácticas ticas que favorezcan la construcción de conocimientos, el aprendizaje situado, así como el desarrollo de habilidades para la resolución de problemas.

Aplicar una pedagogía de la ternura y crear un clima socioafectivo

Se espera que el docente de FCyE establezca una relación pedagógica socioafectiva, dialógica, de confianza y de respeto, lo que implica un profesor que: propicie la construcción de identidades sólidas, individuales y colectivas, basadas en la conciencia de la dignidad; construya un clima emocional en el aula mediante la comunicación, la confianza, la cooperación y el respeto; busque la congruencia y la consistencia emocional, moral y formativa, lo que implica mantener una postura de neutralidad activa y el autocontrol de las emociones; promueva relaciones interpersonales cálidas, responsables y comprometidas, para convertir el salón de clase en un lugar agradable, de respeto y sinceridad.

Promover el desarrollo moral autónomo del alumnado

Pretende “Brindar al alumnado una sólida formación ética que favorezca su capacidad de juicio y de acción moral, mediante la reflexión y análisis críticos de su persona y del mundo en que viven, con apego a los principios fundamentales de los derechos humanos, los valores de la democracia y las leyes”. Para el cumplimiento de este propósito, en el libro del maestro se señala que su trabajo “consiste en proporcionar a sus alumnas y alumnos experiencias de aprendizaje que posibiliten el desarrollo de su razonamiento moral en la medida en que se los permita su desarrollo cognitivo”.



Fomentar la responsabilidad y la autonomía en el alumnado

La responsabilidad individual y social del alumnado supone que éste responda por sus actos y decisiones, que se comprometa a hacer lo que le corresponde, por convicción y compromiso consigo mismo. Para el docente, esto implica: reconocer que el estudiante es capaz de interesarse genuinamente en su proceso de aprendizaje, organizarlo y asumir de manera responsable las tareas que éste le exige; favorecer la cooperación y apoyo mutuo entre los escolares mediante actividades como redes de aprendizaje, tutorías o programas de monitores; orientar al alumnado en la toma de decisiones responsables y en el establecimiento de límites de manera autónoma; y plantear al alumno situaciones que impliquen la resolución de problemas por cuenta propia.

Respetar la diversidad

El respeto a la diversidad implica valorar las diferencias humanas, tomar conciencia de las semejanzas y de la interdependencia entre las personas, reconocer al otro y desmontar sus propios prejuicios. El profesorado tendría que favorecer el descubrimiento del otro por medio del conocimiento de sí mismo, con el fin de que comprenda a quienes son diferentes a sí, valore la pluralidad y cuestione la diferenciación y la exclusión.                                                                       



Propiciar las prácticas democráticas y el compromiso con la transformación del entorno

En la FCyE se pretende “Fortalecer en la niñez una cultura política democrática, entendida como la participación activa en asuntos de interés colectivo para la construcción de formas de vida incluyentes, equitativas, interculturales y solidarias, que enriquezcan su sentido de pertenencia a su comunidad, su país y la humanidad”. El logro de este propósito exige al docente: un alto nivel de información y conocimientos sobre el país en general y el sistema político en particular, así como la conciencia de sus propios derechos; que posea las competencias necesarias para participar en asuntos públicos, para dialogar y deliberar, tomar decisiones, organizarse y resolver de manera no violenta los conflictos.

La formación inicial y en servicio de los profesionales educativo

En México, el proceso de reforma de las escuelas normales se ubica en señalar que “si uno de los aportes estratégicos de los sistemas educativos es desarrollar competencias y capacidades en los niños y jóvenes para toda la vida, esto implica para países como México llevar a cabo profundos cambios en las estructuras de enseñanza y los estilos de aprendizajes. Asimismo, adquiere una renovada relevancia la formación profesional de los docentes formados y entrenados con las nuevas visiones del aprendizaje”

La formación inicial

La evaluación de los procesos vigentes de formación inicial y de actualización, así como la detección de necesidades formativas son elementos básicos para la elaboración de programas que formen o actualicen a los docentes en el desarrollo de las competencias profesionales requeridas en el marco de los nuevos programas de educación básica y, específicamente, en el campo de la Formación Cívica y Ética.

Las escuelas formadoras de docentes reconocen la importancia de contar con profesionales que estén altamente preparados en el enfoque de competencias que prevalece en los nuevos programas, lo que implica adecuar los procesos de formación docente para que sus conocimientos y habilidades tengan un vínculo con el perfil deseado para el egresado de la educación básica.

La formación continúa

En el contexto de una reforma curricular es indispensable la actualización pedagógica y de contenidos de los docentes, pues las actitudes, creencias y percepciones, necesidades y expectativas que éstos tienen ante la misma, así como las competencias que reconocen tener pueden influir en el destino de la reforma.

Esta situación le corresponde a la Dirección General de Formación Continua de Maestros en Servicio (DGFCMS) desplegar procesos formativos, en coordinación con el Sistema Estatal de Formación Continua y Superación Profesional de Maestros en Servicio, con las instituciones de educación superior y con los centros de investigación educativa. En este proceso, se identifican tres ámbitos: la comunicación de los contenidos y materiales de la reforma, desplegada mediante

pláticas, conferencias, talleres breves y distribución de materiales; la actualización, realizada mediante cursos, talleres, seminarios, asesorías y conferencias; así como la superación profesional, en la que se ofrecen diplomados, especialización, maestrías y doctorados.

La didáctica en la Formación Cívica y Ética: estilos, prácticas docentes, uso de recursos educativos Preámbulo: una didáctica para la vida

La didáctica en la FCyE debe estar caracterizada por una orientación esencial, la de ser para la vida, con un sentido doble: para atender la vida actual de los estudiantes con sus necesidades de aprendizaje y de socialización, así como sus anhelos de bienestar, por una parte, y por otra, ser para la vida que se proyecta como manifestación de la eficacia de la formación escolar.

En el siglo XXI se ha ampliado las necesidades sociales y los desafíos para la educación y que ha hecho urgente la construcción de cuatro pilares: aprender a conocer como vía para comprender el mundo y para lograr una vida digna con el desarrollo de capacidades profesionales y la comunicación con los demás; aprender a hacer, es decir, adaptar la enseñanza a un mercado de trabajo que no es totalmente previsible; aprender a vivir juntos,  pues la violencia amenaza la esperanza de progreso de la humanidad, y, finalmente, aprender a ser, ante la amenaza de un mundo deshumanizado, con una educación que forme el pensamiento crítico y la competencia para tomar decisiones autónomas.

Los estilos

La didáctica nos coloca en el plano de la práctica, el de la realización de un ideal teórico de formación mediante la integración de procedimientos y medios; ello da lugar a los estilos de la educación. Los siguientes son algunos estilos didácticos para la FCyE:

Estilo abierto a la historia de la pedagogía,  es una manera, entre otras, de reconocer e incorporar la multiculturalidad en la vida de la escuela y del aula, y se sostiene en el trabajo transversal con la Historia y, al interior de la FCyE, en el hilo conductor de los derechos humanos.
Estilo inteligente capacidad para resolver problemas, o para elaborar productos que son de gran valor para un determinado contexto comunitario o cultural Y  su propósito es nada menos que formar ciudadanos con personalidad democrática, según el conjunto de competencias que los planes y programas de educación básica establecen.
acción dialoganteque se expresa en la convivencia incluyente que tiene su punto de partida en el reconocimiento de la igualdad de cada actor en el aula y la escuela.
Oposición que puede comprenderse como una dimensión del pensamiento crítico, pues significa aprender a leer el mundo, a conocerlo e interpretarlo para hacer posible el proceso educativo por medio de la comunicación humana.
Sentido de formación integral este estilo hace referencia a una forma de trabajar que está abierta y atenta al proceso interno de la significatividad del aprendizaje intelectual y valoral, y al ascenso en los niveles de la conciencia humana y sus procesos de integración.
Decisional. El individuo, el grupo y la comunidad se desarrollan y crecen, se hacen competentes, en tanto toman decisiones sobre los asuntos que les conciernen, tanto los previstos en el currículo formal como los de la vida cotidiana.
Transformacional, que está en la base curricular de la FCyE y que, a la vez, se desprende de sus propósitos: la vida social debe recibir de la escuela un claro impulso para el cambio, de acuerdo con los diversos valores políticos, económicos, cognitivos y éticos.

Las prácticas

La didáctica para la FCyE puede apoyarse en varios enfoques teóricos y pedagógicos y ejercerse con una variedad de prácticas. Flavell afirma que el proceso del conocimiento social:

1)     saber de la existencia de un objeto del mundo social

2)     la disposición para pensar en determinado aspecto del conocimiento social en una situación propicia,

3)     “tener la habilidad para representarse con éxito ese determinado aspecto del conocimiento social”

4)     aplicar en la conducta el resultado de la representación o inferencia hecha en el proceso anterior.

Turiel describe “tres ámbitos que surgen como resultado de distintas formas de interacción social”

1)     El ámbito psicológico del “conocimiento de las personas y sus relaciones”, las causas de su conducta o el efecto de la conducta de una persona sobre otra.

2)     El ámbito societal o “conocimiento de los sistemas de relaciones sociales”, como las normas, roles, formas de organización.

3)     El ámbito moral, el “conocimiento sobre cómo deben ser las relaciones sociales (concepto de justicia)”

Las prácticas son:

Primera. En el enfoque cognitivo-evolutivo de la educación moral se encuentran las prácticas derivadas del trabajo de L. Kohlberg y de J. Rest, y pueden tenerse en cuenta los procedimientos de análisis y de resolución de dilemas morales reales vividos en la escuela y fuera de ella, así como el trabajo para hacer de la escuela una comunidad justa, en la medida que se aprende a dialogar y a decidir sobre asuntos de interés común.
Segunda. Un conjunto valioso de prácticas es propuesto por Puig en su enfoque de la construcción de la personalidad moral. La moral, afirma, “es una construcción o reconstrucción personal y colectiva de formas morales valiosas”.
Tercera. Otra fuente importante de prácticas es el enfoque de la formación del carácter de Lickona (1992), para quien los valores centrales son el respeto y la responsabilidad; propone estrategias para la educación en valores en el aula y la escuela.
Cuarta. Los derechos humanos se han ido constituyendo, a lo largo de los años, como el motivo y contenido central de una educación en valores o, bien, de la educación para la ciudadanía y la democracia.
Quinta. Un enfoque relevante para el fomento de las competencias de la FCyE lo constituye la filosofía para niños, sobre todo por el énfasis que ha puesto en la necesidad de apoyar la transformación educativa, volviendo a poner al alumno y su desarrollo cognitivo y cívico como centro del proceso educacional

Los recursos educativos

El recurso educativo básico en la FCyE, como en toda la escuela, son las personas; no quiere decirse con esto que se les instrumentalice, sino que, por su dignidad y derechos, ellas son prioritarias y a partir de ellas todo otro tipo de recurso o medio educativo debe ser juzgado en su idoneidad. Como se trata de la formación ética, todo recurso debe ser identificado, examinado, seleccionado y acondicionado al trabajo escolar en tanto que le sea atribuible una categoría o rasgo ético.

Finalmente se trata de orientar el desarrollo profesional del docente hacia la adquisición de un pensamiento educativo personal, en el que se asiente la identidad profesional y de donde surja la reflexión acerca de la propia práctica magisterial.



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